Soy un
afortunado, tengo muchos amigos. Aunque en realidad y siendo bastante exigente no todos son
amigos. Claro que depende de lo que se entienda por amigos, si es el que te
abre el monedero en caso de necesidad pues es un conocido rico o generoso, pero
incluso es menos amigo, porque muchas veces
te lo reprocha o te piden que le
devuelvas la dádiva. Ese tiene poco interés, yo no lo incluyo en la categoría
de amigo.
También está el
aburrido, siempre cuando le citas trae las manos en los bolsillos y resopla. Le
hablas y te mira con desgana, entonces te suelta una larga perorata de lo
difícil que es todo para él y su entorno. A veces terminas por no volver a
llamarlo, nunca te puedes fiar de él porque siempre te guarda algo en la
recamara que te reprocha. Este amigo si
forma parte de esa categoría, porque como su actitud es cansina, la mayor parte
de las veces llena un espacio necesario y terminas por apreciarlo.
Otro prototipo
es el listo, mezcla de espabilado e inteligente. En un principio muñidor,
queriendo quedarse con la dirección espiritual del grupo y que después cuando
ya se da cuenta de las dificultades pasa a dirigir a otro para que dé la cara,
mientras él le chivatea cosas al oído. No tiene maldad por eso de ser listo,
pero no goza de mucha popularidad. Pulula por muchos grupos donde va sembrando
discordias y después las cuenta como cosa ajena.
El gorrón se
escaquea hasta para dar su opinión, siempre tiene prisa o tiene que ir al baño
cuando o se tiene que pagar o se tiene que mojar en explicar algún asunto de su
interés. Suele resoplar y cuenta noticias económicas para justificar lo mal que
están las cosas. Jamás pide prestado y nunca tiene deudas, aunque también es
verdad que dispone de poco patrimonio. Suele enseñar un billete de cincuenta
euros para pedir le pongan lo suyo. No compra tabaco así lo mates, pero es tu amigo y siempre
pones algo más en el bolsillo pensando en él.
Por último está
el pesado, cuenta anécdotas y noticias ya sabidas por todos y te exige que le
escuches. Cuenta todo porque llega tarde y ya se ha hablado del asunto, pero él
insiste y vuelve a contarlo todo. Nadie le hace caso, pero tiene correa y
aguanta. A veces se siente triste porque nadie le escucha, y entonces todos le
piden que lo cuente, aunque en realidad nadie le presta atención. Esté siempre es un buen amigo.
Buscamos un
proyecto en común, pero jamás sale nada, eso si ya hemos superado la época de
salir con las mujeres y soportar grescas y malas maneras. Ahora salimos, poco
tiempo pero solos, y hablamos de hacer algo común, pero nunca encontramos
coincidencia. Cuando se propone andar, uno no quiere porque le duelen los pies.
Si es cultivar un huerto, alguno dice que no le gusta comer césped y que lo
hagas tú solo. Si acaso es reflotar un barco viejo, otros te miran con cara de
extrañeza y dicen que ya se acabo el tiempo de los esfuerzos. En fin, que
aunque pasen el tamiz de la amistad, los amigos son difíciles y los que nos
mantiene unido es el cariño de años aguantando.
Por un casual
alguien sale del grupo y se refugia en otro, que lo que les une es que son
desechos de tienta y no tienen relaciones sociales con otros, y quieren ampararse
en un grupo que lo único que tienen es
la dispersión. No pasan más de diez días
cuando de vuelta te vuelves a refugiar con los amigos de siempre. Y
así….. ¿a ti que te parece mi querido amigo?
INDALESIO Abril 2014