sábado, 12 de septiembre de 2015

ABURRIMIENTO




Bostezaba constantemente y los ojos se le llenaban de lágrimas, estaba realmente aburrido. No trabajaba, no porque no quisiera, sino porque le habían despedido de la empresa donde había pasado quince años. Los motivos no los conocía, pero una mañana cuando llegó para fichar su tarjeta no estaba y le dijeron, que le mandarían el finiquito. Fue al sindicato y preguntó. Como no tenía ningún papel no pudieron hacer nada por él. Esperó, pero como no llegaba información alguna por correo, fue a la empresa y exigió papeles. Al fin pudo arreglar el asunto y lo jubilaron, tenia cincuenta y tres años y la pensión era muy exigua, quizás suficiente para Maruja y él. Pero Maruja se enfadó mucho, le decía que era un huevón por permitir que le despidieran. Tanto insistió, que se iba por la mañana a buscar trabajo, con tal de que no le abroncara.
Por supuesto no encontró trabajo y menos con su edad, pero Maruja dejó de gritarle y se acostumbraron a vivir con lo necesario. Cada mañana se levantaban, Maruja salía para sus negocios de ditera y él se sentaba en la sala con un vaso de agua. Al medio día ponía el cocido tres veces en semana, y sobre las dos y medía cuando llegaba Maruja comían cocido muy caliente. Se quedaba dormido después del almuerzo y luego se asomaba al balcón para ver la gente pasar.
Un día, Maruja le dijo que tenía que salir de la casa cuando ella saliera en la mañana, porque no lo quería ocioso todo el día, y que además debía buscar una solución para cuando fuera mayor y alguien le cuidara su vejez, porque ella no lo podía cuidar. Así que cada mañana Maruja le obligaba a salir y cerraba la puerta con llave. Con las manos en los bolsillos paseaba mirando para el suelo, hasta que se le ocurrió ir al Centro de Salud.
Se aprendió el horario y lugar de consulta de cada médico y cada día se ponía en la puerta del Centro para recibir cuantas consultas le hicieran los sufridos pacientes. Se hizo tan conocido en el barrio que muchos le llamaban al Centro de Salud, el Centro de Frasquíto el Huevón.
Una mañana no volvió aparecer y aunque muchos preguntaron a Maruja que había sido de su vida, nunca llego a decir los porqués de su ausencia.

INDALESIO