jueves, 27 de julio de 2017

EL GESTO DE LOLA BELTRÁN


Los antiguos mexicanos daban a su emperador el título de Tlatoani: el señor de la gran voz. Lola Beltrán en el México moderno es la Señora de la Gran Voz, la emperatriz de una palabra que nuestras mujeres han conquistado poco a poco. A su amante doña Marina, el conquistador Hernán Cortes la llama «mi voz» y el mestizaje adquiere la palabra; sor Juana Inés de la Cruz llena con su voz el silencio de la colonia española; la cantante ranchera da voz al México independiente; ella nos ha dicho siempre las otras palabras, las que no se escuchan en el mundo del machismo cruel o solemne. La voz del machismo no es una voz erótica: solo puede ser violentamente sexual. La de la mujer sí, si el erotismo como dice Georges Bataille, es la aprobación de la vida hasta la muerte. Esta es la voz de Lola Beltrán 
Carlos Fuentes enero de 1984 
Pero no solo la voz como dice Carlos Fuentes, sino sobre todo el gesto. Antes de que hubiera televisión, no era raro ver en directo que un jugador pitado echara mano a la entrepierna, sacudiera el mondongo y mirando retador al respetable rezongara groseríade “violencia sexual”.  
Con elegancia, con ternura, Lola Beltrán apoya las manos en las caderas para expresar dulzura sexual. Con gesto delicado la cantante señala la convergencia de las artes, el mensaje del dios que armoniza la vida. Merece la pena disfrutar del erotismo dulce de la intérprete mexicana que en estcanción, tan sentida como bien dicha, está insuperable. ¿Qué ofrece al paso de juran que el mismo cielo se estremecía al oír su llanto? ¿Qué encierra con las manos mientras se acerca con vaivén de oleaje a la cámara? ¿Qué insinúa con suavidad de paloma que parece flotar 
Si todo cupiera en la palabra no harían falta los besos.  

Aquí va el enlace para escuchar Cucurrucucu paloma de Lola Beltrán y Mariachi Pulido.  

CIRANO