Acantilado de
La Cala : 5 marzo 2018
Ayer entre 5 y 6 de la tarde,
amenazados por previsión de lluvias, fui con Sándra. Sus dulces
relatos con el fondo, -ya lejano, otras veces inmediato,- del rumor
de las olas, sencillamente divinos.
En el acantilado los choques
bramantes de las olas con sus sábanas de espumas alborotadas nos
brindaron un espectáculo de ensueño. En el cielo las densas nubes
se disputaban su propio espacio frente al sol y el horizonte abrió
su vivo arcoíris por el este. Por el oeste, los rayos solares,
radiales y luminosos, “rompimiento de gloria,” parecían
señalarnos , tras las nubes, al Dios del Universo, tronante.
No nos llovió y disfrutamos de lo
lindo
BIRLIBIRLOQUE