Llevo más de un año sin escribir, lo que me ha producido una suerte de pereza para la escritura, que no consigo vencer, por más que he luchado por volver a escribir algunos de los cuentos cuya ficción pensé que merecía la pena salvar de la destrucción. Por el contrario he avanzado en la lectura hasta el punto, que me produce tanta satisfacción que para nada añoro la escritura, y eso me hace alejarme de mi deseo de conseguir escribir alguna narración que me satisfaga.
Aprovechando que me encuentro sumergido en los Diarios de Kafka, con toda libertad he decidido escribir con mayor automatismo y regularidad estas series continuadas de palabras que me sirvan para vencer la pereza que me produce, como a Kafka, la escritura y en especial la buena elaboración.
No quiero corregir, ni hacer esfuerzo en conseguir una sintaxis buena, si no escribir, escribir, escribir, lo más que pueda para vuelva de nuevo EL DESEO, único motivo que me impulsa continuar en el mundo literario, e incluso en la pelea diaria por sobrevivir en este vulgar y zafio mundo que nos ha tocado vivir.
Bueno pues manos a la obra, lo primero, ignoró él porqué, me esta costando tanto trabajo volver a recuperar el tono de escritura, cada golpe del teclado me cuesta la misma vida. Una fuerza en mi cerebro me pide parar, no continuar, volver a la lectura, donde mi cerebro se ha acomodado para recibir el placer de descifrar las letras y su significado, pero también sé que cada dos horas tengo que hacer una parada de acomodación, y que debo cambiar de actividad literaria porque también algo me lo pide, bueno pues entre col y col, pondré una lechuga, y así reuniré muchas palabras, porque sé que me da alegría verlas aunque no las vuelva a leer.
¿Será verdad lo del síndrome de Bartleby? O es una fantasía para justificar mi pereza, o incluso el no querer ver como realidad esas letras que yo pongo juntas y que en su conjunto no valen nada. Bueno pues sea lo que sea, escribiré, continuaré escribiendo para mi solaz y alegría. (13/08/02)
INDALESIO