-Hola, buenos días, caballero.-
El hombre está sentado en el
escalón de su casa, orientada al sur. Una casa de una calle de
Villanueva de la Concepción que es, además, carretera hacia
Almogía. Está muy atareado trenzando una tomisa de esparto y debe
estar en los setenta años.
-¿La Jolla está para allá?,
indicando el oeste, pregunto.
-¡¡No va estar pá llá!!,
indicando al este y sin levantar la cabeza, responde.
Su convicción absoluta de la
ubicación de la Jolla la generaliza y todo el mundo debe saber lo
que él tiene tan claro… ¡Vamos, hombre!
Esta reflexión, propia del
pensamiento mágico, me lleva de la mano, generalizando, a destacar
el valor de las narrativas encarnadas, siglo tras siglo, - el verbo
se hizo carne-, para entender desde una perspectiva epistemológica
todo este montaje de Santa Teresa de Calcuta. La inercia del valor de
las narrativas seculares, a través de los siglos ,tanto laicas como
religiosas, como las incesantes olas del mar, labran las orillas del
pensamiento convirtiendo en acantilados absolutos lo que fue en su
día “verba volant.”
Así se fabrican mitos que
sostienen, mantienen el pensamiento mágico…casi in eternum…
Y, ¡ anatema sea!, aun hoy, para
algunos poseídos de ese pensamiento mágico… soñarían con la
hoguera o precipitar a los herejes por el acantilado.
Otro capítulo magno es conocer
porqué la humanidad, tanta humanidad, sigue necesitando del
pensamiento mágico…
Septiembre 2016-09-06
Birlibirloque