domingo, 18 de septiembre de 2016

SANTA TERESA DE CALCUTA

                       


-Hola, buenos días, caballero.-
El hombre está sentado en el escalón de su casa, orientada al sur. Una casa de una calle de Villanueva de la Concepción que es, además, carretera hacia Almogía. Está muy atareado trenzando una tomisa de esparto y debe estar en los setenta años.
-¿La Jolla está para allá?, indicando el oeste, pregunto.
-¡¡No va estar pá llá!!, indicando al este y sin levantar la cabeza, responde.
Su convicción absoluta de la ubicación de la Jolla la generaliza y todo el mundo debe saber lo que él tiene tan claro… ¡Vamos, hombre!
Esta reflexión, propia del pensamiento mágico, me lleva de la mano, generalizando, a destacar el valor de las narrativas encarnadas, siglo tras siglo, - el verbo se hizo carne-, para entender desde una perspectiva epistemológica todo este montaje de Santa Teresa de Calcuta. La inercia del valor de las narrativas seculares, a través de los siglos ,tanto laicas como religiosas, como las incesantes olas del mar, labran las orillas del pensamiento convirtiendo en acantilados absolutos lo que fue en su día “verba volant.”
Así se fabrican mitos que sostienen, mantienen el pensamiento mágico…casi in eternum…
Y, ¡ anatema sea!, aun hoy, para algunos poseídos de ese pensamiento mágico… soñarían con la hoguera o precipitar a los herejes por el acantilado.
Otro capítulo magno es conocer porqué la humanidad, tanta humanidad, sigue necesitando del pensamiento mágico…

Septiembre 2016-09-06


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