Aquel año había
terminado los estudios, ya era licenciado superior con el título de
Ingeniero Informático. Me senté delante de mis padres y estallamos
en manifestaciones de alegría por las buenas calificaciones, por la
demostración de tesón y de inteligencia que había demostrado.
Me miré las manos, noté
que estaban sudorosas y muy blancas, quizás hacia calor y la
sudoración era una manifestación de la temperatura y de la
excitación vivida. Pero de pronto comencé a llorar dando grandes
jipidos y los ojos llenos de lágrimas. Mis padres alarmados
quisieron achacarlo a la alegría y al cansancio vivido en los
últimos meses, pero después de tomar una copa de aguardiente y
serenarme, les pedí se sentaran y escucharan lo que les tenía que
contar.
Desde hace dos años
salgo con una chica que he conocido en la noche joven de nuestra
ciudad, en un principio de forma poco sería y con posterioridad
íntima y entrañablemente. Nunca os conté nada porque sabía que
podíais sufrir pensando en mi porvenir. Soy conocedor del esfuerzo
que habéis tenido que realizar para conseguir pagar mis estudios y
las ayudas complementarias, pero decidí que era lo mejor tanto para
vosotros como para mi y mi novia. Por cierto ella se llama Ángela.
Ángela no ha terminado
su carrera, tiene dificultades para centrarse y va más lenta, pero
es una magnifica compañera. Pero lo más importante es que hemos
decidido tener un hijo, somos jóvenes y queremos comenzar nuestra
vida en común acompañado de un hijo, así que tendremos necesidad
de ayuda y hemos pensado en vosotros. Yo se que vivimos de la pensión
de papá, pero se podría hipotecar la casa, vuestra casa, y con lo
que nos den por una hipoteca inversa podríamos vivir los cinco, ¿que
os parece? En un futuro si necesitáis ayuda, y las cosas van bien,
yo os ayudaría y con la pensión tendríais suficiente. De todas
formas hemos hablado con el banco, y en dos días vendrán a ver el
piso, aunque yo calculo que nos darán no menos de quinientos mil
euros, que es la suficiente que necesitamos para vivir estos tres
primeros años. Quizás el banco, ponga una cláusula en el caso de
que tuviera comprador para el piso, tendríamos que irnos, pero en
estos momentos es difícil que eso ocurra. Solo que el interés que
nos ponen es del siete por ciento, quizás es alto, pero por la
premura que nosotros tenemos, abra que aguantarse y tirar para
adelante. Yo estoy seguro que encontraréis un lugar donde acogeros,
unas habitaciones de piso o pensión que os albergue, porque es
seguro que una residencia de ancianos, no nos interesa, es cara y se
quedarían con todo y yo eso no lo quiero para vosotros ni incluso
para nosotros. El mobiliario lo necesitamos, y esta tarde después de
conozcáis a Ángela, escogeremos lo que nos sirva, porque al fin y
al cabo vosotros ya no necesitáis casi nada, para lo que os queda en
este convento. Ahora si me disculpáis tengo que recoger a mi amor,
porque estamos buscando los momentos más oportuno para que se quede
preñada.
INDALESIO 2013