1ª Escena:
Sobre el mostrador de la
farmacia, recostada, una señora, como su báculo al lado. Tal vez en
la setentena y sobre el mostrador 8 envases de medicamentos. La
señora manipula los envases acercándoselos un poco, al estilo
miope, la mancebo le pide que se esté quieta: “ tiene en el
ordenador por orden los envases y tiene que comenzar de nuevo”. Con
un suspiro, algo ansioso, obedece.
Minutos después se reactiva,
vuelve a querer identificar los envases, “este colorao no lo
reconozco… y ¿ese pá que es?... ah, este pá la tensión…”
-¿Puede ponerme en cada uno pá
lo que es?
La cola va aumentando, la señora
ha pegado hilo, a continuación, con la mancebo y no advierte la
cola…; ésta nos mira rogando compresión, “es que cuando viene
necesita echar un ratito conmigo”
Ocho medicamentos, remedios
precarios de la sola soledad... Algunos claramente “complacientes”:
Diacepam Leo 2mgr que tal vez se pierda en la saliva…y es que la
soledad de muchos ancianos ha encontrado consuelo en los medicamentos
y en sus prescriptores y expendedores, ganga como no hay otra para
los Laboratorios, problema de difícil “gestión clínica” y
drama humano y social, muy penoso.
2ªEscena:
Playa de la Cala del Moral, otra
señora, ochentona, de pié, junto a una silla, otea el lejano
horizonte, por el que desapareció un día hace ya dos años su
esposo. Se le ve erecta; de aspecto físico, bien.
Un aluvión de evocaciones:
durante varios decenios recibió medicamentos, a varios de ellos
psicodependiente. Biografía muy cargada de acontecimientos
emocionalmente significativos, depresión crónica : latente,
omnipresente, expresión sintomática de lo que se ha denominado “un
enganche maligno” en el nivel de las relaciones de pareja…; he
aquí otra medicalización, socialmente aprobada para
enfrentarse a un conflicto grave de pareja, socialmente taponado,
aguantado por cada uno a su manera. En ella, la fuerte
“medicalización” (menuda angustia cuando retiraron el Mutabase,
antidepresivo barato. Lo buscó por todas las farmacias de Málaga
para que no le faltara.) En él, una muerte prematura…
Es la “medicalización “
del sufrimiento… con la bendición de todas las Instituciones.
BIRLIBIRLOQUE
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