Esta noche he soñado
que estaba acostado de manera cruzada con una mujer que permanecía
dormida. Mis piernas flexionadas sobre su cintura formaban, sin
rozarla, un arco en el que ella se acomodada boca arriba. Desde el
punto de vista geométrico la postura resultaba lógica aunque su
interpretación no lo sea tanto. Me di cuenta de la escena cuando su
marido se metió en silencio en la cama por el lado donde tenía
apoyados mis pies sin llegar a tocarlos. Entendí que venía a decir:
lo sé todo. El hombre había engordado y se había quedado
completamente calvo desde la última vez que lo vi, hace ya tiempo,
por lo que no me pareció peligroso. No obstante retiré las piernas
de encima de la mujer y me tumbé al otro lado durante unos momentos
ya que sintiéndome incómodo me levanté y me fui. En todo ese
espacio de tiempo que no recuerdo si fue largo o corto, la mujer no
se movió. O dormía o se hacía la dormida como si la cosa no fuera
con ella, ya que el sujeto es de los celosos agresivos; circunstancia
que me hizo alejarme preocupado. Nada más levantarme consulté los
periódicos locales on line sin encontrar referencias a violencia de
género, cosa que me tranquilizó.
CIRANO
Me atrae más el valor que la belleza, por eso recibí al temerario que sacudió mi matrimonio. Me excita el clamor de la batalla más que la rutina der la alcoba. Desde la atalaya recibo el homenaje de la gran berrea que libran por mí aqueos y troyanos. Ni me asusta Menelao ni me cautiva Paris una vez pasado el peligro. Velo mientras ellos sueñan con conquistas sin saber que doy lo que tengo a pie de guerra. Ni pena ni culpa. Cuando dejaron de combatir dejaron de interesarme.
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