sábado, 12 de noviembre de 2016

SINE DIE



Saltó la valla sin despeinarse, abrió la puerta con una ganzúa y se coló en la casa. Estuvo un rato paseando por el salón, se acostó en la cama de matrimonio, comió algo que encontró en la nevera y se largó por donde había venido. Cuando llegaron los inquilinos más que desorden notaron un sabor a humo que se pegaba al paladar, algo así como la presencia de un vaho que enturbiaba la estancia. Dudaron si llamar a la policía pero como no faltaba nada lo dejaron estar.
Al día siguiente se rompieron varios grifos, la luz se fue dos veces, las persianas no respondían a la tracción de las cintas y los platos se rajaban en el lavavajillas. Mientras el mal fario se hacía cada vez más espeso la mujer empezó a ir al psiquiatra y el marido al cardiólogo por palpitaciones que le producían angustia. Los niños dejaron de sacar buenas notas al perder interés por el colegio.
Algunas ideas son como trozos de corcho que llegan flotando en un mar alborotado, otras son esculturas labradas con la paciencia y pericia que cada uno posea. Lo difícil es entender que a pesar de la individualidad somos un todo.

CIRANO

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